Las Flores de Bach son 38 esencias naturales de diversas flores silvestres o de cultivo. Las esencias fueron preparadas por el Dr. Edward Bach, médico inglés (1886-1936) entre los años 1928 y 1935. La Terapia Floral de Bach constituye un sistema de tratamiento encuadrado dentro de las terapias naturales, como terapia vibracional o energética. Su efecto es holístico, por lo que actúa sobre todos los planos que nos conforman: mental, emocional, físico y espiritual. El sistema floral de Bach se fundamenta en una base filosófica humanista. La enfermedad (patogenia) es el resultado de conflictos que se generan en la conexión alma/personalidad. La no resolución de los mismos, suele cristalizar en lo que conocemos como enfermedad. La Terapia Floral no está enfocada directamente al tratamiento de enfermedades concretas, sino al equilibrio integral de la persona. De hecho, las esencias se prescriben atendiendo a las características de personalidad del cliente. Al mismo tiempo que las flores proporcionan alivio en innumerables enfermedades y circunstancias de la vida cotidiana, constituyen un maravilloso instrumento de autoconocimiento y crecimiento personal, por lo que, obviamente, su uso no queda limitado a lo patológico. Debido a sus beneficiosos efectos, la Terapia Floral de Bach ha alcanzado una gran difusión en nuestra sociedad. En la actualidad, sólo en castellano, existe una extensa bibliografía.
Si bien las Flores de Bach pueden ser auto prescritas en algunos casos, lo ideal es que sean administradas en un contexto terapéutico serio y adecuado, dado por entrevistas y tomas pautadas, donde la relación terapeuta/cliente se desarrolle en un marco empático, profesional y ético. Donde existan objetivos bien definidos y la función del terapeuta se limite a acompañar el proceso y no a gestionarlo ni dirigirlo. La Terapia Floral de Bach es una disciplina autónoma, con una estructura claramente diferenciada de otras (Medicina, Homeopatía, Naturopatía, etc.). Carece de contraindicaciones y pueden beneficiarse de ella todos los seres vivientes, animales y plantas incluidos. En 1998, las Flores de Bach fueron incluidas en el sistema sanitario cubano, disponiéndose ya de numerosos trabajos científicos que demuestran su efecto.